Se trata de un animal primitivo que no ha modificado su
aspecto físico desde hace millones de años, en cuanto a su taxonomía pertenece
al orden Perissodactyla, a la superfamilia Tapiroidea, a la familia Tapiridae y
al género Tapirus.
La apariencia del tapir es semejante a la de un cerdo,
poseedor de una morfología robusta y redonda, su rasgo más llamativo es la
probóscide, que consiste en un hocico, labios gruesos y una grande abertura
nasal; está compuesto de tejido blando.
Distribución y hábitat
del tapir
El tapir se distribuye a lo largo de Centroamérica y América
del Sur con una mínima disponibilidad en el sur de Norteamérica. Está presente
en México hasta Venezuela, teniendo a Paraguay y Brasil como límites sureños, pertenece
a los hábitats selváticos a los bosques caducifolios y de montaña, a los
pantanos y a las praderas, con la condición de que existan fuentes de agua
suficientes. En los Andes, el tapir vive en las zonas montañosas.
Sus principales depredadores son el jaguar en América y el
tigre en Asia, para intentar escaparse de sus enemigos se lanza al agua o corre
a toda velocidad a través de los bosques, con esta estrategia puede llegar a
soltarse de su atacante ya que las ramas le golpean y acaba dejando escapar a
su víctima.
Pero su mayor amenaza a la supervivencia, como otras muchas
especies, es el hombre. La caza excesiva y la destrucción de su hábitat ha
situado a todas las especie de tapir en la lista de especies amenazas.
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